El local con una superficie de 80 m2, tenía una forma alargada y muy estrecha con acceso desde dos calles, con un ancho de fachada de 2.10 metros. Esta forma del local y la existencia de dos pilares adosados determino la disposición de la barra, de forma alargada y ligeramente cóncava con dos zonas de mesas próximas a las entradas. Los aseos y el almacén se sitúan detrás de la barra. En esta intervención la disposición de los espejos a lo largo de todo el local, a partir de dos metros de altura y hasta el techo, fue determinante para conseguir una sensación más amplia del espacio al duplicarlo por el efecto de continuidad de los techos y al convertir los dos pilares en dos columnas exentas de sección variable rematadas por lucernario curvos que parecen separar dos espacios, el espacio real y el virtual. En la zona de la barra más estrecha el espejo llega hasta el suelo para conseguir un efecto de más amplitud en esa zona. El presupuesto fue de 35.800 €.